Connect with us

BUEN VIVIR

#SanaciónValiente | Las pedradas de Dios

Published

on

por Luis Sosa

 

Sanacion Valiente IN11Miami, Marzo 19, 2014.- Lo que ocurre en Venezuela en este momento es la historia amplificada de cualquier persona. Cuando uno va dejando tareas pendientes, cuando deja pasar oportunidades de cambio, cuando no quiere ver realidades dolorosas y no siente la motivación para cambiar, surge lo demoledor. La vida nos da oportunidades para transformar nuestra consciencia y mejorar como personas y como sociedad… al ignorarlas, las señales de tránsito se convierten en grandes huecos en donde terminamos cayendo.

Pero, aunque no lo parezca, la vida es benévola. Detrás del dolor y la barbarie hay enseñanzas y nuevas oportunidades. ¿Qué podemos hacer como personas o como sociedad cuando terminamos viviendo situaciones tan extremas? ¡Comprender!. No parecen momentos para teorizar ni filosofar, pero la única manera de superar las dificultades y no permitir que vuelvan a ocurrir es entendiendo el mensaje y asumir que el mensaje es para mí y no para otra persona.

Cada quien sabe, en el fondo, el trabajo que tiene que hacer. Cada quien sabe lo que tiene pendiente como persona, como familiar, como empleado y como parte de la sociedad y si queremos prevenir “malos ratos” debemos practicar la valentía y enfrentar.

Ver nuestras fallas no es agradable… reconocer que debemos pedir disculpas o que debemos perdonar o que debemos asumir nuestra responsabilidad o que ya es hora de dejar de ser víctimas, no es fácil, pero es el único camino para sanar a tiempo, antes de que sea mucho más doloroso.

Luis Sosa

Luis Sosa

Dicen que el tiempo de Dios es perfecto pero está en nosotros sincronizarnos. En nosotros está decidir si vamos a evolucionar de manera armónica o a golpe y porrazo. La vida va avisando… quizá una persona te dice algo, un libro, una película o quizá la vivencia de otra persona te pone en alerta ante una situación semejante. Tan pronto aceptamos la señal y nos abrimos a la enseñanza, surge la ayuda para sanar eso que tenemos pendiente.

Cuando esas señales son ignoradas y vivimos tratando de no sufrir y no salir de nuestra zona de comodidad, vienen a nuestro rescate las pedradas de Dios.