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BUEN VIVIR

#VeryImportantPet | Yo tengo mi guaguancó

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Peluche Twitter: @SoyPelucheVIP

Peluche
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¿Cómo están?.

Yo, aquí, echado, después de que mi Mamá me dio la pastilla esa que me da todos los meses para evitar una enfermedad del corazón. Esta vez la metió dentro de un pedazo de zanahoria y claro que me la tragué como pude. Asi que voilá. Hasta el próximo mes, Sentinel.

Les conté que soy un bichón habanero. Havanese, como me dicen aquí.. Bichón es una palabra francesa que describe a “perros falderos lanudos de pelo largo”. Y Habanero viene de La Habana, aunque tengo primos oriundos de la islas de Malta y Tenerife, de Francia, Italia, Alemania y hasta en Rusia (se llaman bichones maltese, tenerifeño, frisé, bolognese, lowchen y russian).

A mis antepasados les decían “Los Blanquitos de La Habana” porque parecemos perritos de seda y supuestamente éramos de la más fina aristocracia. Somos muy buenos con los niños y mi Mamá dice que somos muy presumidos. Bueno,   la reina Victoria de Inglaterra tuvo dos y Charles Dickens le compró un havanese a sus hijos (ejem, ejem).

La primera aparición pública de mi raza fue en el Show de Perros de París en el año 1.863, pero no fue sino hasta después de 1969 que llegamos a los Estados Unidos (shhh) de contrabando. La historia cuenta que cuando los papás de mis tatarabuelos fueron forzados a abandonar nuestra Cuba (ustedes saben por culpa de qué y por quien que no puedo nombrar porque mi Mami dice que era el alcahuete del Innombrable de Venezuela que se murió), los bichos esos no les dejaban sacar sus pertenencias (incluyéndonos a sus mascotas, por supuesto). Hubo algunos que se las ingeniaron para escapar con ellas, pudimos sobrevivir a la fuc#%/*! revolución y llegamos a Miami. Pero entre que nos cruzaron con otras razas y que éramos muy poquitos, estuvimos en peligro de caput como raza para siempre.

Afortunadamente entre los años de 1975 y 1978, una pareja de criadores y exhibidores de Afgan Hounds e Irish Setters llamados Dorothy y Burt Goodale, comenzaron a investigar sobre los bichones habaneros y lograron comprar once perros de las familias Fantasio y Pérez (que habían emigrado a Costa Rica). Luego, en búsqueda de más havaneses, la Sra. Dorothy puso un aviso en varios periódicos de la Florida y recibió una sola respuesta, la del señor Ezequiel Barba, quien estaba vendiendo sus seis bichones porque se iba a mudar a Arizona y no se los podía llevar. Por eso dicen que la mayoría de nosotros, los bichones habaneros nacidos en los Estados Unidos venimos de los diecisiete Goodale.

Sino fuera por la Sra. Dorothy, yo no estaría aquí. Ella fundó el Havanese Club of América en 1979  y consiguió que fuéramos reconocidos por el American Kennel Club.

A ella siempre le gustó nuestra forma de caminar, ágil y elástica. Es que no podía ser de otra forma porque venimos de la tierra de la salsa, el mambo, el son y el bolero.

¡ ASERE !

Que viva mi guaguancó.

¡Guau!

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