GLENDA TRAVIESO
@gatravieso
Miami, FL.- En tiempos recientes, emigrar se ha convertido en un fenómeno cada vez más común. No cabe duda de que es un proceso emocionalmente complejo ya que conlleva desprenderse de muchas cosas, aunado a la incertidumbre de no saber “con qué nos vamos a encontrar en el país destino”, pues por muchas veces que se haya visitado dicho país en calidad de turista y se sienta uno familiarizado con el mismo, son dos perspectivas diametralmente opuestas.
He aquí algunos tips que quiero compartirles para sobrellevar el impacto emocional y evitar que la depresión y la ansiedad se apoderen de nosotros durante el proceso.
Ser flexible. Estar dispuestos a deshacernos de algunas creencias, que seguramente en esta nueva etapa de nuestras vidas, ya no serán de utilidad. Como aquella de pensar que ya sabemos todo y que por ende ya no hay mucho más que aprender. Creer que las cosas no cambian, resistirnos a incorporar nuevos hábitos o costumbres, o sacar conclusiones precipitadas sobre aquellos quienes nos rodean sin darnos el permiso tan siquiera de conocerlos. No aferrarnos a nuestras creencias disminuye la posibilidad de un conflicto emocional interno y nos ayuda a armonizarnos con el entorno.
Dejar de añorar lo que se dejó. No se trata de distanciarse de su gente o de olvidar sus costumbres. Se trata de estar cien por ciento presente en nuestra nueva vida, en este reto que decidimos emprender, y cuyo resultado dependerá de nuestra capacidad para ejecutarlo y comprometernos con el mismo. Compromiso que en ocasiones se ve mermado por la nostalgia que nos genera lo que se dejó en el país de origen. Esta ambivalencia de estar físicamente en un país pero mentalmente en otro es un caldo de cultivo para que se desate una depresión.
Prepararse para enfrentar los cambios. En el país de destino usted probablemente ya no tendrá el reconocimiento profesional al que solía estar acostumbrado, por lo tanto, quizás necesite aprender un nuevo oficio, o darle un giro a su carrera. Sin embargo, no se martirice pensando en lo que perdió, al contrario, aproveche esta oportunidad que la vida le está brindando de acudir a su banco de habilidades y destrezas, algunas quizás olvidadas, por haber pasado mucho tiempo en su zona de confort.
Tenga un propósito. Si tiene que hacer algo que no le guste o le apasione, véalo como una vía para lograr su propósito, pero no lo pierda de vista. Recuerde que nada es permanente y usted tiene la habilidad de elegir qué actitud tomar. Véalo como un periodo de transición que solo usted decidirá cuánto durará dependiendo del tiempo que dedique a convertir su sueño en realidad.
Glenda Travieso
Autora y Coach Neurolingüístico
www.glendatravieso.com
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