Tatiana Ramos
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En los países de América Latina es muy raro ver un cupón de descuento para la compra en el supermercado. De hecho se le asocia a limosna y caridad. Pero eso no pasa en Estados Unidos cuna del mercadeo y de los inventos para vender de todo y en cantidades: en el año 2012 se lanzaron 305 millardos (en inglés es billones) de cupones por valor de US$480 millardos según el reporte de Consumer Packaged Goods (CPG) y de la investigadora Statistic Brain. De esta cantidad apenas US$ 800 millones se reclamaron. Quiere decir que quedó una tajada bien grande de dinero que estaban regalando y nunca se usó.
El cupón es simplemente una manera que tienen las marcas de atraer clientes. Ofrecen un precio más bajo, pero en lugar de hacerlo directamente, lo hacen a través de un “billete”. En otras palabras es una suerte de moneda hecha por las empresas. La gente que sabe de finanzas así lo entiende y no por casualidad 22% de los usuarios de cupones gana más de US$100 mil al año. Curiosamente, los que más necesitan del beneficio (los que ganan menos de US$20 mil anuales) no llegan a 10% de usuarios de estos vales.
Los expertos de mercadeo utilizan esta herramienta como estrategia para promocionar productos nuevos, para relanzar otros, cuando cambian el empaque o crean un nuevo sabor. Es cuestión del consumidor actuar con astucia y aprovechar al máximo las ventajas que ofrece el sistema. Compradores habituales reportan economizar como mínimo 50% en cualquier transacción cuando usan los cupones.
¿Dónde están los cupones?
La primera pregunta que la gente hace es ¿dónde se consiguen los cupones? Hay varias formas: encartados en los periódicos del día domingo, por ejemplo. Una suscripción al Miami Herald sólo los fines de semana ronda los 5$ al mes. Pero la tecnología permite tener cupones directo en tu celular con aplicaciones gratuitas como The Coupons App. Con este método se pueden hacer búsquedas al momento mismo de la compra. Existen revistas que traen cupones y encartes como All You, de circulación mensual a la venta en supermercados, farmacias, tiendas o a la que se puede suscribir por unos US$20 al año.
Internet es por supuesto una fuente inagotable y es de donde sale la gran mayoría de estos volantes hoy en día. El consumidor imprime los que vaya a usar aunque tiene la desventaja del consumo de papel y tinta. Las redes sociales también se han convertido en recursos para obtener rebajas.
Muchas páginas de Facebook en agradecimiento por haberle dado al botón de “like” (me gusta) obsequia con un cupón o con una muestra gratis del producto. En las tiendas suelen tener cupones desplegados en algunas partes de los anaqueles, o en los folletos promocionales que llegan
a las casas de manera regular. Los puntos de venta son cruciales con sus programas de afiliación y clubes de descuento. En la mayoría de los casos son libres de costo. Como referencia sirve la de Fuel Perks de Winn-Dixie. Cuando se usa se paga el precio más bajo anunciado y se suman puntos para comprar gasolina más barata.
Igual ocurre con tiendas como Walgreens que da Register Rewards (prácticamente dinero en efectivo para gastar en la misma tienda), o CVS con sus ExtraBucks (una suerte de recibo que da crédito para compras).
Cómo se usa el cupón
Cada establecimiento tiene sus propias políticas de uso y cada cupón, sus restricciones. En reglas generales se usa un máximo de uno por producto. Al momento de pagar se presenta la tarjeta de cliente frecuente, se pasa la mercancía y antes de cancelar, se entregan los cupones. Así de fácil es. ¿Quieres saber más? Escríbeme.