Published
10 years agoon
By
AdminINMaría Eugenia Pardo
Miami, FL
“Un periodista prepara entrevistas, y yo… ¡ Ésta soy yo! “ María Eugenia Pardo. Caracas, Venezuela. 1985.
Cuando se tienen 15 años, 30 años te doblan en edad y no dimensionas aquello de “la vida se hace larga y todo sigue igual”, porque las realidades se van convirtiendo en recuerdos que te definen el presente. Entonces sin darnos cuenta, pasaron 30 kilos (digo, años) y desde que el reencuentro era como “un sueño imposible, con un final sabor a fresa” supe que quería compartir estas letras con ustedes, porque no todos los días se es parte de un grupo que ha grabado 23 producciones musicales, ha ganado discos de oro y platino por ventas, y ha dejado grandes recuerdos en las vidas de quienes nos abrieron las puertas de sus corazones.
Nifu Nifa ha sido parte de la vida de mi familia entera, porque juntos, nos hemos pintado la vida de colores que han hecho maravillas en nuestro existir. Sino que lo diga Robertico, (Roberto Eduardo Gutiérrez Lodi), hijo mayor de mi prima Gianna. Desde su primer cumpleaños, las pelucas de colores han revoloteado alrededor suyo. Fue el primer bebé de muchas de nosotras. Luego, el amor platónico de otras hasta que finalmente, su payasita multicolor, Ileana, le dedicó “Enamorada yo de ti” y le regaló a su Valeria adorada, la payasita más chiquita de esta generación. Hoy, es un buen hombre de familia, profesional y empresario, que ha llevado adelante este reencuentro con la alegría de quien también está reviviendo su niñez.
Carlito, su hermano menor, nació en pleno pico de popularidad. Giras, conciertos, grabaciones y entrevistas acompañaron su llegada al mundo, que incluso fue reseñada por la revista Ronda con un reportaje fotográfico a los pocos días de nacido. Hoy, es un profesional de la administración que lleva adelante los negocios familiares en Ciudad de Panamá, mientras es recordado por su ¡Te quiero mucho, Mami! del tema “Esa es mi Mamá”.
Mis niñitas no se quedaron atrás… Emily y Erika crecieron arrulladas “con risas y buen humor”, poniéndose “de prisa, una sonrisa” mientras mi Mamá las “bailaba” con su “Kikiki, Kokoko”, ¿Te acuerdas, Mami?. De hecho, la mejor medicina que aún les administra la Doctora Pardo es el besito del “Sana Sana colita de Rana”, que les desaparece el “golpecito” porque “Sanará, ¡Hey! en un momentico”.
Mi querido sobrino Alan, hijo de la primera payasita de peluca morada (mi hermana Tallu), es un fans de segunda generación tan pero tan fanático que hasta se sabe las segundas voces de algunos de sus temas (y eso que tiene 8 añitos y nunca ha visto a Nifu Nifa en vivo). Y mi Hannah adorada, allá en su fría Bruselas, le dice a sus amigos belgas “Yo soy la que le va a dar, palo a esa piñata”, mientras mi Gonzalo es de los que le da “sin pañuelo, por la cabeza, porque está repleta”, al coro de “Túmbala, túmbala”, de mi hermano Gustavo, el primer sonidista más chiquitito del grupo.
Así podría pasar días enteros, contando historias hermosas, porque fuimos muchas las niñas que seguimos la senda de regalar sonrisas, mientras aprendíamos a sonreír como disciplina de vida. Y algo bueno salió de todo aquello, porque hoy somos mujeres emprendedoras, exitosas, de familia, de principios y valores que nos empeñamos en transmitir a nuestros pequeños fans de entonces, quienes aún nos recuerdan con una alegría y admiración maravillosa que me hacen estar muy agradecida.
Eso me pasa con César Enrique Huerta, un fan que me contactó por facebook hace cuatro años, quien ha sido instrumental en el reencuentro y en la reconstrucción de nuestra historia como grupo artístico. Él se conoce la cronología de Nifu Nifa con la precisión de un reloj suizo. A sus 16 añitos, se convirtió en el “Cronista de las Payasitas” y como buen Community Manager, se dio a la tarea de ubicar, subir y compartir decenas de videos nuestros, recopiló afiches, portadas de revistas y pare Ud. de contar.
Cesarín – como le digo de cariño- diseñó el arte del 30º Aniversario que les muestro arriba y ubicó a muchas de las niñas, para crear y co-administrar el chat de whatsapp que nos ha reconectado en afecto y compañía -como cuándo íbamos a las piñatas y a los shows en la inefable camioneta del recordado Tío Orazio, o con el siempre jo…coso Chiqui (Franco Paturzo), quien se casó con su payasita de peluca azul, Karim Ríos y viven aquí en Doral, FL con sus hijos: Víctor y Gianfranco.
A pesar de que habitamos en “un mundo loco”, este es un momento importante para las más de 100 niñas que tuvimos el privilegio de vestir una peluca, una braga y un concepto que hizo feliz a muchos niños, a sus padres y a sus propios hijos, como el caso de Andrés José, un fan que contactó a Maru Aceituno y le escribió: “Esta canción, “¿Qué voy a ser yo? es tan especial para mí, me inspiró a luchar para poder estudiar y demostrarle a los demás, que sin importar mi condición, yo puedo con lo que se me venga.La música es alimento y cuando los mensajes son extraordinarios, nos construyen”.
Aunque muchas estemos como “Serafín, se fue se fue”, regadas por el ancho mundo, confiamos que “habrá un mañana en el que el sol brille más, donde el idioma se llame Libertad”. Gianna, Robertico, Carlito… Que siga la “magia de Nifu Nifa”, y que “el mundo entero vuelva unido a cantar”.
¡Infinitas, infinitas, Gracias!.
@marupardo
#GivingBack | El Venezuelan Business Club adoptó una calle en Doral.
#TheSmartSaver | La psicología de los precios
#MiamiBiz | El primer choque cultural
#EntreEmpresarios | Cámara de Comercio Venezolano-Americana presenta conferencia de Redes Sociales
#VenezolanosEnElMundo | Mario Soave: arte, cultura y negocios.
#Taxes | Jornadas gratuitas para la preparación de impuestos en el Miami Dade College