María Eugenia Pardo
@marupardo
Miami, FL. Julio 02, 2014.- Hoy estoy muy triste y confieso que me cuesta escribir, porque hace un par de días, falleció aquí en Miami, una persona a quien quiero mucho y quien dejó un gran legado en quienes tuvimos la fortuna de conocerla. Ella era la Sra. Elba Valera, la Mamela, Abuela de Aleka Leighton, mi buena amiga desde el primer día de universidad.
Mamela parecía un camafeo de los de antes. No sólo por su rostro menudo, delicado y dulce que parecía esculpido con cinceles de oro, sino porque su voluntad tallada en virtudes, hacían de ella una mujer de las que dejan huella. Su amor para las amigas de “La Aleka” era único. Siempre tenía una palabra de aliento, un abrazo cariñoso, un detallito dulce y sobretodo, una oración a flor de labios.
A pesar de su avanzada edad, nunca dejó de arreglarse y de ponerse bonita, combinada con su aderezo de perlas, su cartera al hombro y lápiz de labios clarito. Siempre estaba presente en los eventos familiares, cada vez más calladita, pero contenta por compartir con la familia y amigos y por poder vivir un día más. En los últimos tiempos, me leía por esta vía. Y qué alegría me daba cada vez que Aleka me decía que la Mamela era una “big fan” de estas humildes letras y que esperaba con regocijo que le llegara su periódico.
Hace unos diciembres, a sus 90 y tantos años, la Mamela comenzó a hacer tortas negras para vender. Léase bien, 90 y tantos años. Y quería seguir trabajando siempre, ofreciendo su esfuerzo como en los buenos tiempos, porque sí que era fuerte la Mamela. Si tenía que viajar, viajaba. Si tenía que cocinar, cocinaba… o si tenía que simplemente estar, estaba. Pero alegre, con una sonrisa esbozada, con una calma contagiante, con una paz que le nacía desde adentro, porque es que la Mamela siempre estaba en compañía de la Gracia de Dios. ¿Cuántas veces no me encomendó a mi, a mis hijas, a mi esposo, a mi familia entera?. ¿Cuántas oraciones no hizo por nosotros?. No podría contarlas. Ella siempre estuvo pendiente, de los más mínimos detalles… porque las almas grandes siempre tienen muy en cuenta a las cosas pequeñas.
Repasando mis palabras me doy cuenta que ya no estoy triste, porque en este instante, La Mamela está disfrutando de la Gloria de Dios y encomendando a todos sus afectos para que tengamos una vida de virtudes como la que ella prolijamente vivió. Gracias, Mamela. Nunca te olvidaremos.
Intégrate News expresa sus más sentidas condolencias a su hija Violeta Basiliú,a sus nietos Aleka y Felipe Leighton, Fernando Sucre y María Daniela Briceño,a sus bisnietos Mathias y Stella y a sus familiares y amigos en Chile, Estados Unidos y Venezuela.
Descansa en paz, Mamela.