por Tatiana Ramos
Miami, Enero 23, 2014.- Se dice que 85% del tráfico que recibe un negocio pequeño viene de un radio no mayor a las 5 millas. Son precisamente ellos quienes aprovechan el reverso de los recibos de compra de las grandes cadenas de supermercados para hacer su publicidad. Es económico y efectivo si se considera que esas ofertas pudieran ahorrar a los consumidores más de 100$ al mes, o lo que es lo mismo, pero suena mejor: 1.200$ anuales. Es frecuente ver esos cupones en las facturas de Winn-Dixie o Family Dollar, por ejemplo.
Las estadísticas dicen que el consumidor promedio visita el supermercado 2.2 veces a la semana. Quiere decir que al mes tiene en sus manos al menos una docena de cupones con una gran variedad de opciones: 5$ de descuento en la barbería, 50% en una óptica, degustaciones gratis, 10% en gasolina y más.
Otros negocios también aprovechan el reverso del recibo (que es un espacio subutilizado al dejarlo en blanco) para hacer encuestas. Hay algunas tiendas que si bien no usan el reverso, sí utilizan una porción del recibo para imprimir cupones, como es el caso de CVS, Kmart y de Petco. En esta última suelen dar 2$ de descuento al hacer un breve survey telefónico. Al finalizar la llamada el usuario recibe un código, lo escribe en el recibo y a la siguiente compra lo presenta como parte de pago. Igual ocurre con Arby’s, McDonald’s o Dunkin Donuts, que regalan un postre, soda o snacks. En otros casos se hace un concurso con la opción de ganar efectivo o premios (The Home Depot, Walgreens, Denny’s, Taco Bell, Dollar Tree, entre otros). La idea de estas encuestas es para conocer cómo fue la atención al cliente. Usted pudiera ganarse un premio y el empleado que le atendió, un bono. Las empresas gastan fortunas tratando de conocer qué quieren los consumidores, y cómo mejorar la relación con ellos. Por eso cualquier punto de contacto cuenta y la factura es básicamente inevitable.
Tatiana Ramos
Los consumidores -especialmente los inmigrantes que no están acostumbrados a esta práctica del mundo de los negocios- suelen hacer caso omiso de esta ventaja. Arrugan el papelito y lo lanzan a la basura. Con ello están botando una serie de beneficios que los comerciantes están ansiosos por ofrecer.
La próxima vez, revise el recibo. Se puede llevar una sorpresa con ahorro incluido.
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