César López
En la edición anterior, conversamos un poco sobre la importancia del ahorro y les prometí conversar sobre las diferentes opciones que existen en el Mercado para canalizar los fondos que hemos destinado para ahorrar. Los deje también con una pregunta:
Si alguien le ofreciera a Usted dos opciones, siendo la primera recibir un maletín con un millón de dólares en efectivo y la segunda opción recibir un centavo que por los próximos 30 días se duplique díariamente ¿Cuál tomaría Usted?
Aquellos de Ustedes que contestaron que preferían la primera opción, me imagino que no se tomaron unos minutos para hacer el cálculo. Un centavo que se duplica díariamente, al cabo de dos días se convierte en dos centavos, en tres días se convierte en 4 centavos, en cinco días ya tenemos 16 centavos. Cuando vamos por el día 10 ya tenemos cinco dólares con doce centavos y si seguimos el cálculo al cabo de 31 días tendremos más de diez millones de dólares, para ser exactos $10,737,418.24. Aunque Usted no lo crea.
Esto se debe al efecto del interés compuesto – que no es otra cosa que interés sobre capital MÁS interés en el tiempo. Tenemos dos factores fundamentales: el interés y el tiempo. En el ejemplo del centavo que se duplica cada día, el interés aplicado es cien por ciento y el tiempo es cada día. Claro, conseguir hoy en día este tipo de interés es bastante difícil – por no decir imposible – en una inversión con cierto nivel de seguridad, pero es una buena forma de ilustrar el tema.
¿EL NUEVO BFF?
Antes de revisar las diferentes opciones que existen en el mercado para ahorrar, conversemos un poco sobre nuestro amigo o enemigo EL INTERÉS. Vamos a llamar al factor interés, Señor Interés. Este es un Señor que vamos a contratar – bien sea para que trabaje para nosotros o en contra de nosotros. Él se puede convertir en un esclavo aliado y leal que trabaje todo el año en nuestro favor (BFF – Best Friend forever) o se puede convertir en el más terrible cobrador que estará persiguiéndonos sin descanso todos los días del año (incluyendo fines de semana) para que paguemos su trabajo en forma de interés. Ah y peor aún el estará apostando a que le paguemos tarde para así tomar mayor ventaja y además de su salario (el interés) cobrarnos el sobre tiempo (cargos por pagar tarde) – que muchas veces son mayores que el mismo interés.
¿DE QUE LADO PREFERIRÍAN TENER AL SEÑOR INTERÉS ?
Cuando llegué a este país hace ya más de 30 años, me hablaban del Sueño Americano. Hoy en día después de haber vivido este sueño, entiendo que el Sueño Americano es el Sueño del Banco Americano. Y lo digo porque es cierto que se vive mejor que en nuestros países de origen, pero en realidad el dueño de todo es el BANCO: es dueño de la casa, es dueño de los carros, es dueño del bote, es dueño de la comida, es dueño de la ropa, es dueño de la educación, es dueño de los muebles, es dueño de las necesidades y de los deseos. Gracias a este sueno y a nuestra confusión, estamos en la mayoría de las veces en el lado incorrecto del Señor Interés. Creo que debemos despertar y crear conciencia para tomar crédito solamente por aquellas necesidades que realmente tengan la importancia para nuestras vidas y sean indispensables (tal como la vivienda) y para todo lo demás, ahorrar para comprarlo en efectivo.
En realidad en la mayoría de los casos “todo lo demás” no es indispensable y todo lo que no es indispensable se debe adquirir si se tiene la capacidad de compra en efectivo. Como dice el famoso dicho: Arroparse hasta donde llega la cobija. Un ejemplo de cómo caer en esta trampa lo he visto en familias que han tomado una vacación deseada e importante para salir del stress del diario vivir, pagando todos los gastos con nuestro peor enemigo: las tarjetas de crédito.
Después de varios años de haber tomado esa vacación todavía siguen pagando el salario al Señor Interés y a pesar de haber disfrutado de ese viaje a ese soñado lugar, el stress se multiplica todos los meses cuando se piensa en el pago que se tiene que hacer por esa tarjeta de crédito que utilizamos para el viaje.
DESEOS Vs. NECESIDADES
Debemos diferenciar entre lo que es una NECESIDAD y lo que es un DESEO. La forma más sencilla para lograrlo es hacernos la siguiente pregunta cuando estamos pensando en comprar ese bien o servicio: ¿Es esto algo que realmente necesito para vivir? ¿Es indispensable?
Si la respuesta es afirmativa entonces es una necesidad. Si por el contrario la respuesta es negativa, lo más seguro es que sea un deseo – en cuyo caso podemos posponer la compra y agregar su nombre a la lista de deseos para comprarlo cuando se tenga el 100% del dinero y evitar tomar crédito para adquirir deseos.
Los invito a hacer un ejercicio matemático para que Ustedes mismos entiendan la diferencia de como el Señor Interés nos puede ayudar o nos puede arruinar a lo largo de nuestras vidas:
Busquen un ejemplo real de algo que hayan adquirido a crédito que no haya sido una necesidad como por ejemplo la compra de un bote o un carro de lujo o una vacación pagada con una tarjeta de crédito.
Identifiquen el monto del pago mensual por esta adquisición y calculen cuánto dinero podrían tener acumulado si esa mensualidad la hubieran ahorrado, digamos al 4% anual.
Probablemente hubiesen podido pagar en efectivo esa adquisición y todavía tendrían una acumulación a su favor.
Cuando realicen este ejercicio matemático podrán observar de una manera contundente el PODER y la diferencia del Señor Interés, trabajando a favor o en contra de nosotros y solamente así, podrán entender el verdadero costo de los deseos.
Debemos actuar ahora mismo en función del AHORRO. Según el Maestro Albert Einstein la definición de INSANIDAD es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes…..
La mala noticia es: NO VA A OCURRIR. Si no hacemos un cambio de inmediato, nuestro futuro financiero seguirá siendo incierto. Los invito a reflexionar sobre este material y seguiremos conversando sobre este tema en nuestra próxima entrega.
COORDENADAS
César López |CEO
Proactive Financial Alliance
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