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MY SENIOR YEAR

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Erika Bello-Pardo

Erika Bello-Pardo

Miami, FL. Septiembre 2013.- En Estados Unidos, el senior year (o grado 12) es algo que cada estudiante espera desde que está en elementary school. Es el último año de Colegio, antes de irnos al College (Universidad). Pero antes de llegar a esta etapa tan emocionante, hay muchas cosas que tienen que ser tomadas en cuenta para poder lograr todo lo que se supone tenemos que obtener en senior year.

Tal como mis maestros y profesores me dijeron desde que entré a high school, el año más importante de todos es el junior year (grado 11), porque las universidades lo que evalúan son las notas que sacamos desde el freshman year (grado 9) y las actividades en las que participamos.

Cero presión, ¿Verdad?

Por eso, mi junior year ha sido el año más estresante de mi vida desde que soy estudiante. Y seguro que para ti también lo fue, o será. Los counselors se mantendrán diciéndote que tienes que mejorar tus notas, hacer horas comunitarias, participar en las actividades extracurriculares del colegio, sacar scores excelentes en el SAT y en el ACT y encima, balancear todo con la vida social y familiar propias de tu edad. A mi me parecía imposible hacerlo, y aunque no lo fue, estuvo cerquita de serlo.
Eso sí, cuando comencé mi senior year la presión se redujo muchísimo, al punto que sentí que un gran peso se me quitó de los hombros. Aún necesito mantener y mejorar mis notas, pero al menos, ya me saqué de encima el hacer mis horas comunitarias.

El sistema de escuelas públicas de Miami-Dade County requiere que cada estudiante complete al menos un proyecto de servicio a la comunidad. El proyecto puede ser ejecutado en cualquier momento durante los cuatro años que dura el High School. La responsabilidad principal de los proyectos de servicio comunitario es el de vincularlo con alguna organización de su comunidad.Cada colegio tiene sus propios procedimientos para controlar la cantidad de horas que un estudiante le dedica a un proyecto. Por lo general, hay que llenar un “proposal form” en donde se describe el proyecto, cuál fue la ayuda que se prestó, cuáles fueron los resultados obtenidos, y por qué fue importante que el estudiante haya participado. También pueden pedir una descripción de las actividades realizadas, una carta del supervisor del trabajo voluntario del estudiante, y fotografías.

Lo más importante es no olvidar registrar las horas en el “activity log form” porque éste es un requisito fundamental para poder aplicar por la beca Bright Futures.

Afortunadamente, con las 104 horas que trabajé como voluntaria en el programa del Baptist Health System en el verano pasado y las más de 300 que ya llevaba acumuladas, ya sobrepasé las 75 horas que me exigen para graduarme y las 100 que solicita la beca Bright Futures. Ahora voy a comenzar con todo el proceso de aplicación a la universidad. ¡Qué estrés!

Lo cierto es que todo tiene que ver con el balance que se le de a la vida. Y lograr el balance es una habilidad que se vuelve conocida para los estudiantes en algún momento del high school. Puedo sonar estereotípica, pero esto de estar viviendo mi senior year me genera sentimientos encontrados: emoción por mi futuro y tristeza por culminar el primer gran capítulo de mi vida.

Espero que cada senior de este año tenga el mejor de los años, porque lo que estoy viviendo me hace saber que este año será como ningún otro.

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Good luck and enjoy life!