Dr. Michael Meir
El impacto del embarazo adolescente en el plano emocional de los jóvenes y sus familias puede llegar a ser devastador. El embarazo precoz genera que los adolescentes (al no poder manejar sus emociones de manera eficiente – debido entre otras cosas al ajuste hormonal por el que están atravesando), adoptan actitudes desafiantes y agresivas, lo cual impacta negativamente en sus relaciones familiares y sociales.
En algunos casos, los adolescentes presentan mucha resistencia a la autoridad sus padres y muestran una gran necesidad de ejercer su independencia tempranamente, por lo que aumenta la probabilidad que sean lastimados, física, emocional o moralmente.
La OMS establece la adolescencia entre los 10 y los 19 años, por lo cual los padres de jóvenes entre estas edades, deben conversar con sus hijos sobre temas que deben ser tratados de forma firme, honesta y directa. Pero no todos, están preparados para hacerlo. El coaching le puede ayudar a desarrollar las habilidades y herramientas que les permitan abordar estos temas “tabú” y difíciles de tocar.
Las tres habilidades que el coaching le puede ayudar a desarrollar son la inteligencia emocional, inteligencia cultural y la inteligencia generacional. Así, podrá conversar con sus adolescentes sobre métodos de control de natalidad, cómo decir “NO” al sexo, sin temor de perder o herir la relación; esperar hasta el casamiento si esa es su elección, ejercer disciplina sexual para preservar la relación de pareja, cómo resistir la presión del grupo o que es alta la posibilidad de quedar embarazada la primera vez
CÓMO PREVENIRLO Y QUE DEBE SER APRENDIDO
Un adolescente seguro de sí mismo, es menos vulnerable a caer en la estadística del embarazo precoz,
Para ello, es necesario que aprenda a decir NO GRACIAS, dejar de complacer a otros, no mantenerse enfocado en sus metas y en construirse a sí mismo, construir su fuerza física, emocional, mental y su disciplina, aumentar su autoestima, escribir sus metas en la vida y qué futuro desea construir, poner en orden de prioridades a su objetivos/metas, optar por decir NO al sexo o hacerse cargo de tener sexo responsable y seguro con el apropiado control de natalidad y al mismo tiempo prevenir enfermedades transmitidas sexualmente, elegir a a quien modelar o tener como ejemplo de vida y comprometerse a seguir los pasos hasta lograrlo.
Esto cambiará la vida de varias generaciones (abuelos, padres, adolescentes y sus hijos) porque cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar ese efecto de onda expansiva hacia lo positivo.
Michael Meir
MD, Ph.D, LMHC
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