Clara Ruiz
Y por fin Mercurio terminó su fase retrógrada, que esta vez estuvo muy intensa, ya que, al hacerlo en el signo de Cáncer, toda la parte emocional y de las relaciones familiares se mueven bastante. Durante estas tres semanas no hubo ni un día en que no escuchara a alguien comentar lo alterada que estaba la gente, muchas veces sin darse cuenta de su propia alteración.
Lo importante en estos momentos es aprovechar las circunstancias para deshacernos de patrones que ya cumplieron su objetivo en nuestras vidas. Nos tomamos el tiempo para hacer limpieza en nuestros closets, neveras y otros sitios de guardar peroles, pero no le damos la misma importancia a nuestro closet emocional, que después de todo es el más importante, ya que sostiene todo en nuestra vida.
Comenzamos el ciclo con una regalo del cielo, para compensarnos por lo intenso de los últimos días, sintiendo por una parte, la distensión y por otra, la conciencia de que todo no ha sido en vano, lleno de una necesidad a reconocer quienes somos, la capacidad de ver nuestros logros y tomar de allí impulso para seguir adelante.
El fin de semana nos recibe con ganas de compartir, de entregarnos a disfrutar y un poco dejar de lado los problemas, lo que es muy necesario. Muchas veces cuando quitamos la atención de aquello que nos perturba y lo dejamos reposar, la solución aparece de la forma menos pensada. Así que a disfrutar tranquilamente, a compartir con amigos, a conectarnos con el arte o con aquello que nos haga sentir bien, este fin de semana.
El 11, con la luna llena de Capricornio tenemos la oportunidad de darle objetividad a nuestros proyectos, aquello que ahora es solo una idea, quizá utópica, toma forma y si tenemos una buena disposición, veremos el camino, para hacerlo realidad y aquello que ahora luce imposible, toma forma posible.
El ciclo termina con calma, aunque aquellos en posiciones de poder, que no han hecho un buen uso de la responsabilidad que han asumido, pueden tener sorpresas desagradables, alta tendencia a que salgan a la luz, asuntos turbios, con resultados inesperados.
Bien dice el refrán: entre cielo y tierra no hay nada oculto, y a veces las personas se confían por haber salido bien libradas de ciertas cosas, sin saber que en cualquier vuelta del camino un rayo de luz alumbra lo que estaba oculto. Tiempos de revelaciones.
Recuerda… El Universo es perfecto… y eso eres tú!
Clara Ruiz
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