Luis Sosa
Vivimos recordando lo que pasó, lo de esta mañana, lo de ayer, lo de hace 20 años… cada evento lo revivimos y lo sentimos de nuevo. Por otra parte, el futuro nos marca el camino, nos señala hacia dónde debemos ir y define todas nuestras acciones… “lo que voy a hacer mañana”, “lo que quiero lograr cuando tenga esto o aquello”, “el sábado la pasaré buenísimo”.
Esto está bien hasta cierto punto, el pasado nos debe servir de lección y el futuro para planificar… pero “se nos pasó la mano” y ahora vivimos atrapados en el tiempo, hemos perdido contacto con la riqueza de la vida en este preciso instante.
Tenemos la idea de que vivir el tiempo presente es algo de hippies, ilusos y niños y de que no podemos vivir sin planes, incluso hay mucha gente que pregunta ¿Cómo vivo el presente?, ¿Cómo me debo preparar?, ¿Cuáles son los pasos?, como si fuera algo que se consigue con el paso del tiempo.
Vivir el presente es vivir el presente, así de sencillo… con la intensidad del momento, con el reto que nos trae cada segundo, con la alegría del ahora, sin confusiones y sin los sufrimientos artificiales de una mente que piensa sin control.
Cuando vemos, sentimos, olemos y respiramos intensamente, hacemos contacto con una vida que se nos escapa. Cuando pensamos y pensamos, hacemos contacto con otra forma de ver las cosas, las personas, nosotr@s mism@s!. Al contactarnos con el presente, vemos los problemas desde una óptica limpia, fresca, no contaminada por los eventos de nuestro pasado… lo vemos todo con pureza y súbitamente vemos claramente lo que nos parecía tan confuso en momentos de análisis.
Dicen que cuando nos ubicamos en el ahora, de alguna manera sentimos el misterio de la vida y percibimos su dinámica, sentimos cómo funcionan las cosas y cómo los eventos que nos afectan se relacionan unos con otros.
Un ejercicio que le indico a mis clientes para librarse del peso agobiante de los pensamientos incesantes se llama “el refugio”… en plena actividad, sea manejando o trabajando, imaginamos un lugar hermoso, respiramos hondo y “sentimos la paz del sitio”. En fracciones de Segundo, cortamos los cables con el tiempo y podemos enfrentar cualquier reto con la mente despejada y con el poder y sabiduría que nos brinda estar en conexión con el Ahora… ¡El único tiempo que tenemos!.
Luis Sosa
COORDENADAS
Luis Sosa
Coach Holístico
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