por Luis Sosa
Miami, FL. Diciembre 11, 2013.- La mitad de nuestra vida se nos va en evitar a aquellas personas o situaciones que nos perturban… un hermano, algún personaje famoso, nuestro jefe o un vecino desagradable, cualquiera puede ser el personaje que nos perturba y de quien huímos a toda costa. Nos armamos un cuento bastante cómodo para torear el asunto… frases como “hay gente mala”, “es que fulano es demasiado grosero”, “es una hipócrita”, y nos vestimos de víctimas o de personas sabias que “debemos aguantar a cada gente!”.
En la mayoría de los casos nos encontramos con el mismo tipo de problema… la misma “calidad” de personas o situaciones que nos molestan. Hay quienes siempre tienen problemas con los jefes, hay quienes sus relaciones amorosas son bastante sufridas… incluso hay quienes se “especializan” en atraer enemigos en el trabajo.
¿Qué tal si el problema es nuestro y no de los demás?.
Por alguna razón se nos repite esa situación particular y nos hemos convertido en expert@s en evadirla.
¿Qué tal si es la vida que nos está tratando de enseñar algo de nosotros y lo hace a través de personajes o situaciones desagradables?… quizá el problema no es el jefe gruñón ni la pareja celosa sino una debilidad que está dentro de nosotr@s y que es precisamente lo que debemos resolver para poner fin a una cadena de sucesos desagradables.
Una mujer maltratada puede elegir sentirse víctima o descubrir dentro de sí misma un mandato que la impulsa a buscarse hombres maltratadores. El camino fácil es decir “los hombres son unos desgraciados”… ¿pero por qué no mejor buscar algún concepto muy arraigado dentro de sí misma que hace buscar y justificar el maltrato?.
Lo importante en la vida y, para lo cual aparentemente hemos nacido, es evolucionar… y el estar culpando a otros de nuestras desgracias nos congela en un estado de consciencia… no vamos para atrás ni para adelante. A partir de hoy podemos darnos la oportunidad de ver nuestros problemas con otra óptica, más responsable y verdaderamente espiritual. En cada agresión, dificultad o sufrimiento veamos lo que podemos aprender de nosotros mismos y sanarlo, en vez de culpar a los demás.
Ese es el único camino que nos lleva a mejorar como personas y como seres conscientes… veamos cada persona y cada situación como un maestro que nos señala algo de nosotros.
Podemos elegir ver la vida como una valle de lágrimas o como una escuela con un sinfín de maestr@s.
Luis Sosa
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Luis Sosa
Coach Holístico
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