Luis Sosa
El discípulo preguntó “Maestro, ¿Cómo puedo alcanzar la iluminación?”… luego de un largo silencio, el Maestro lo invitó a dar un paseo. El discípulo estaba contento porque “muy pronto tendría respuesta” a la pregunta que lo atormentaba. El maestro señalaba sonriente los pájaros que volaban cerca, las flores del camino y prestaba atención al ruido de los distintos animales que habitaban el bosque. El discípulo creía entender el mensaje del maestro: “para alcanzar la iluminación debes prestar atención a la vida que te rodea”.
Siguieron caminando y se toparon con un río que había que atravesar para continuar la caminata. Ambos entraron en él y, en la mitad del recorrido, cuando el agua les daba un poco más abajo de los hombros, repentinamente el maestro tomó del cuello al discípulo y lo hundió en el agua.
Al principio, éste aceptó la prueba y, con humildad, aguantó la respiración y se mantuvo relajado, pero con el paso de los segundos fue sintiendo la firmeza en el brazo del maestro y supo que no lo iba a soltar. Cuando le quedaban segundos de aire empezó a luchar con toda sus fuerzas para salir del agua, por más que luchaba no lo lograba, pataleó, empujó al maestro, luchó como una fiera para liberarse y luego de una batalla que duró segundos eternos, se liberó.
¿Qué hace?, gritó el discípulo
“Preguntaste cómo podías alcanzar la iluminación”, respondió el Maestro.
¿Y se logra muriendo acaso?, replicó furioso el discipulo.
“Luchando a muerte no alcanzarás la paz que tanto anhelas si no te esfuerzas al máximo en conseguirla. La paz, la luz o como lo quieras llamar no se consigue con tibieza, con suavidad, sin riesgos, sin pasión. Todo tu ser debe estar comprometido y debes estar dispuesto a todo para alcanzar esa iluminación que tanto quieres”, concluyó el Maestro.
Nuestra vida es básicamente una búsqueda de la comodidad. Decimos que queremos ser felices pero negociamos nuestros valores, postergamos tareas importantes y a toda costa buscamos no hacer contacto con nuestro mundo interior.
Si queremos ser felices y estar en paz, debemos ser consecuentes y trabajar a brazo partido por conseguirlo. Son muchos los patrones que debemos superar, grandes los demonios que debemos vencer y una forma de ver la vida a la que debemos renunciar. No es con fórmulas mágicas ni frases bonitas como alcanzaremos la felicidad. Es trabajando y sin miedo… y si es pataleando, ¡Mejor!.
Luis Sosa
Luis Sosa
Coach Holístico
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