por Peluche Bello-Pardo
Miami, Enero 23, 2014.- Hola. ¿Qué más? Llegó Enero y con él, mi casa se llenó de artículos para hacer ejercicios, la nevera está atiborrada de lechugas y las bicicletas salieron del garaje. Mis papás y mis hermanas tienen el síndrome de los propósitos de Enero, y por supuesto, no me podían dejar a mi fuera de todo esto, porque me llevaron a la veterinaria y llegó la carta del Condado para que me renueven la licencia (como si fuera un automóvil al que le pegan el sticker cada año).
Antes de contarles lo de mi “registration”, les comento que me llevaron a mi veterinaria para hacerme todos mis exámenes anuales. En la cita me pesaron, me tomaron una muestra de sangre para el examen del “heartworm” (una bacteria que nos ataca el corazón para la que me tienen que dar una píldora mensual), me tomaron una muestra de heces para ver si tenía parásitos, revisaron mi piel, me cortaron las uñas, me buscaron pulgas y garrapatas que no encontraron, me pusieron una vacuna, me revisaron las orejas y me hicieron el examen dental.
Yo salí perfecto en todo, menos en que, sí, estoy como todos después de las fiestas. La doctora encontró que tengo sobrepeso y ordenó (no sugirió ni pidió, ordenó) que me dejaran de dar cualquier otra cosa que no fuera mi comida procesada. Yo la veía con ojos de pocos amigos porque a mi me gustan mucho mis galletas de mantequilla de maní y me las quitó. También dijo que debía hacer más ejercicios, tomar más agua y comer menos en cada comida. Así que como todos los que hacen dieta, ando de mal humor y encima, me tienen que hacer la licencia en la próxima semana porque ya se me va a vencer.
Les cuento.
En el Condado Miami-Dade, las placas de identificación (o chapilla) de los perritos deben ser renovadas anualmente una vez que cumplimos los cuatro meses de edad. Si nuestros papás no las renuevan a tiempo, el Departamento de Servicios a Animales de Miami-Dade les pueden poner una multa de $60 para perros esterilizados y de $160 para los que no han sido operados.
Nosotros tenemos que usar esas placas en todo momento y no nos pueden sacar sin ellas (así como tampoco nos deben sacar sin correa). A mi me la tienen puesta en mi collar, junto con la plaquita del chip de ubicación que tengo colocado y con otra que tiene forma de huesito en la que dice mi nombre y el teléfono de mi Papá.
Para sacarnos la licencia, debemos ser vacunados contra la rabia (por uno o tres años). A mi me vacunaron por tres años hace tres años, por eso me tuvieron que volver a vacunar este año. Pero aunque vacunes a tu perrito por tres años, la placa la debes tramitar cada año, en el aniversario de cuando le pusiste la vacuna. En mi caso, estamos esperando que me llegue mi nueva chapita por correo (que me la van a mandar de la oficina de mi veterinaria porque me pusieron la vacuna allí).
También puedes ponerle la vacuna de la rabia en el Shelter del Condado Miami-Dade, ubicado en el 7401 NW 74 Street Miami, Florida 33166, que funciona de Lunes a Viernes de 10 am a 6 pm y los sábados de 10 am a 4 pm. El costo de la vacuna de un año es de $10. El costo de la licencia depende de si estamos o no estamos operados. En mi caso son $27. Si tu perrito no está operado son $55. Y si se te pierde, te cuesta $5 que te envíen una chapita nueva.
Peluche Bello-Pardo
Si tienes dudas de cuándo se le vence la licencia a tu perrito, puedes introducir el número de su placa en la página web http://www.miamidade.gov/animals/dog-license.asp. Te lo escribo así completo para que no tengas pérdida y puedas chequear sin problemas.
Y como siempre, te pido que nos cuides y nos quieras mucho. Para nosotros, tu y tu familia son lo único que tenemos. Aprovecho de enviarle saluditos a Karina, mi groomer y a sus amigas. Y ahora, los dejo. Me voy a hacer mis ejercicios de esta hora. Voy a caminar con mi Mami, para ver si cumplimos nuestros propósitos de Enero. Nos vemos pronto. Guau.
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